El queso es un alimento lleno de vida compuesto por levaduras, hongos, bacterias, minerales, proteínas, azúcares y otros componentes que influyen directamente en el gusto, en la textura y en el aroma de cada queso.
Todos estos elementos estarán directamente vinculados al territorio de donde proviene el queso, recibiendo fuerte influencia de la vegetación y la alimentación natural que recibe el rebaño de donde proviene la leche, además de eso la climatología de la región también es importantísima para el desarrollo de todos los elementos fundamentales que definirán el queso.
El último (pero no menos importante) sujeto transformador del queso es el factor humano, donde el maestro/a quesero/a definirá el queso de acuerdo con sus tradiciones locales y conocimientos técnicos que se sumaran a los factores del territorio y de los componentes naturales del queso.
Estos tres factores juntos hacen que cada queso sea único. Un mismo queso de una misma quesería nunca será exactamente el mismo de un lote de producción al otro, habrá siempre una pequeña variación de gusto, textura y aroma,de acuerdo con la estación del año, el ánimo del maestro/a quesero/a, las condiciones del rebaño. A eso llamamos estacionalidad.